"Mira qué luna llena. Buena señal, buena señal". Enrique Bunbury, sonrisa cómplice en la cara, confesaba anoche a pie de escenario en el circuito valenciano de Cheste su connivencia con el satélite de plata, testigo de excepción de la prueba de sonido de Héroes del Silencio en el concierto que cerraba la gira 2007 de la banda zaragozana. Ayer, después de que sus cuatro compañeros de barricada arrancasen el chequeo con "Oración" e "Iberia sumergida", Enrique se incorporó a la prueba en el escenario pequeño en el tema "Con nombre de guerra". Tras estrechar la mano de Juan Valdivia, con el que comentó brevemente algunos aspectos técnicos, solicitó al resto acometer el citado tema, al que siguió "Despertar", antes de dar por concluido el ensayo.
Antes de subir a escena, Enrique -con cuello alto para protegerse del frío reinante- y el batería Pedro Andreu atendieron a la prensa local. Es la tercera vez que el grupo hace esta breve concesión, tras el segundo concierto de México DF y el primero de Zaragoza, en una gira marcada por el hermetismo hacia las apariciones multitudinarias ante la prensa. Mientras sus compañeros cumplían con los medios, Joaquín Cardiel se entretenía mirando al horizonte, tratando de adivinar la distancia entre el escenario y el fondo del recinto. "Esto es muy grande", susurró, con la emoción pintada en el rostro, con un gesto muy similar al de su colega Enrique. Juan Valdivia, entretanto, contaba con dos espectadores de excepción: su esposa y su hijo, ya presentes en el concierto del pasado 15 de septiembre en Guatemala.
Se acabó la gira del milenio. ¿Y ahora? ¿Qué va a pasar? ¿Harán los Héroes como los toreros, cinco cortes de coleta? Parece que sí. Esto se acaba. Como había ocurrido en cada una de las diez citas de la gira, las horas de calentamiento para el último concierto, el de Valencia, fueron un bombardeo videográfico en las pantallas del escenario sobre Aragón y sus tesoros, Zaragoza y sus rincones mágicos y la Expo como el punto de inflexión entre la ciudad anónima y la ecuménica. Y la banda llegó, se relajó, se tensó, salió y triunfó. Misión cumplida. ¿Y el punto y aparte?.
Nacho Royo, promotor de la gira y manager de Enrique, es categórico. "A día de hoy, no es punto y aparte sino punto final. Si alguien viene el día de mañana con una oferta estratosférica, se la traslado a la banda y ellos deciden. En principio, todo se acabó: es lo más grande y lo más bonito que he hecho, pero termina hoy -por ayer-. Yo cambio el chip y empiezo a trabajar para Enrique, que tiene ya listo el esqueleto de su nuevo disco".
El vocalista de Héroes recupera desde enero su identidad individual: a finales del verano próximo, si no cambian mucho las cosas, habrá disco nuevo de Enrique Bunbury. La banda que lo acompañará es una incógnita "que se desvelará a su momento -comenta Royo-, aunque sí puedo adelantar que, según los planes actuales, Enrique estará de gira hasta final de 2009. ¿En la Expo con Héroes? No hay una oferta concreta, ni de ellos ni de nadie más".
En principio, los planes de Bunbury (y no solamente los suyos: cada cual tiene su aporte al epílogo de la historia de Héroes) echan por tierra toda posibilidad de una nueva reunión de Héroes. "A día de hoy, no va a suceder -afirma Royo- , pero antes hay que cerrar esta gira. Todo el grupo estará presente la semana que viene en el estudio catalán en el que se van a armar el doble cedé y el DVD de la gira, que, como ya es conocido, sale el 18 de diciembre al mercado. Cuando terminen su trabajo en la selección de temas y asesoría del disco, la gira habrá terminado para ellos".
Pedro Andreu, de hecho, verá cercenadas sus vacaciones casi desde el inicio. A los planes de sumarse inmediatamente a los trabajos de preparación del tercer disco de su banda, DAB, se une un viaje de trabajo a un destino exótico. "Nos vamos a Dubai del 11 al 16 de noviembre", apunta Pedro, que ha disfrutado de la gira al máximo. "Héroes ha sido y será siempre una experiencia increíble -aclaró- y me quedo con todo lo vivido".
Juan Valdivia, por su parte, no tiene planes de mostrar su trabajo al público en un futuro inmediato. De momento seguirá dándole rienda suelta a su creatividad en un instrumento ajeno al que le ha dado la fama. El piano es ahora su cómplice. El más introvertido de los cuatro Héroes históricos prefiere seguir llevando una vida de familia, aunque ahora asumió el reto de volver con Héroes con un entusiasmo que, si bien no se refleja exteriormente del mismo modo que puede apreciarse en los otros tres miembros históricos -su hermano Gonzalo es la excepción al cuadrado de esta regla familiar-, sí se ha manifestado puntualmente en la gira, sobre todo con los acordes iniciales de "Entre dos tierras", en los que todo el protagonismo recae en el mástil de su guitarra, y en los brillantes cierres protagonizados por el tema "En los brazos de la fiebre".
Joaquín tiene su primer disco en solitario muy avanzado. Toca todos los instrumentos… menos la batería, parcela en la que podría entrar su incondicional amigo Pedro Andreu. "Ya veremos, de momento voy a seguir trabajando en las canciones en casa, y luego probablemente las colgaré en Internet. No tengo un afán mercantilista con este asunto".
Gonzalo Valdivia, por su parte, definió el "y ahora qué" con la literalidad que da su carácter de invitado a la fiesta. Un invitado que se ha ganado en estas diez fechas sus galones de quinto Héroe, sobre todo teniendo en cuenta la polémica en las citas americanas por la exclusión de Alan Boguslawsky del plan "giratorio".
La estela de esta experiencia queda también en el "Guitar Hero" de Playstation 3, en cuyo listado oficial de canciones ya figuran "Avalancha" y "Entre dos tierras". "Héroes es la imagen del juego en España y poco a poco se irán sumando canciones para descargar -recuerda Nacho- hasta completar buena parte del repertorio del grupo".
Antes de subir a escena, Enrique -con cuello alto para protegerse del frío reinante- y el batería Pedro Andreu atendieron a la prensa local. Es la tercera vez que el grupo hace esta breve concesión, tras el segundo concierto de México DF y el primero de Zaragoza, en una gira marcada por el hermetismo hacia las apariciones multitudinarias ante la prensa. Mientras sus compañeros cumplían con los medios, Joaquín Cardiel se entretenía mirando al horizonte, tratando de adivinar la distancia entre el escenario y el fondo del recinto. "Esto es muy grande", susurró, con la emoción pintada en el rostro, con un gesto muy similar al de su colega Enrique. Juan Valdivia, entretanto, contaba con dos espectadores de excepción: su esposa y su hijo, ya presentes en el concierto del pasado 15 de septiembre en Guatemala.
Se acabó la gira del milenio. ¿Y ahora? ¿Qué va a pasar? ¿Harán los Héroes como los toreros, cinco cortes de coleta? Parece que sí. Esto se acaba. Como había ocurrido en cada una de las diez citas de la gira, las horas de calentamiento para el último concierto, el de Valencia, fueron un bombardeo videográfico en las pantallas del escenario sobre Aragón y sus tesoros, Zaragoza y sus rincones mágicos y la Expo como el punto de inflexión entre la ciudad anónima y la ecuménica. Y la banda llegó, se relajó, se tensó, salió y triunfó. Misión cumplida. ¿Y el punto y aparte?.
Nacho Royo, promotor de la gira y manager de Enrique, es categórico. "A día de hoy, no es punto y aparte sino punto final. Si alguien viene el día de mañana con una oferta estratosférica, se la traslado a la banda y ellos deciden. En principio, todo se acabó: es lo más grande y lo más bonito que he hecho, pero termina hoy -por ayer-. Yo cambio el chip y empiezo a trabajar para Enrique, que tiene ya listo el esqueleto de su nuevo disco".
El vocalista de Héroes recupera desde enero su identidad individual: a finales del verano próximo, si no cambian mucho las cosas, habrá disco nuevo de Enrique Bunbury. La banda que lo acompañará es una incógnita "que se desvelará a su momento -comenta Royo-, aunque sí puedo adelantar que, según los planes actuales, Enrique estará de gira hasta final de 2009. ¿En la Expo con Héroes? No hay una oferta concreta, ni de ellos ni de nadie más".
En principio, los planes de Bunbury (y no solamente los suyos: cada cual tiene su aporte al epílogo de la historia de Héroes) echan por tierra toda posibilidad de una nueva reunión de Héroes. "A día de hoy, no va a suceder -afirma Royo- , pero antes hay que cerrar esta gira. Todo el grupo estará presente la semana que viene en el estudio catalán en el que se van a armar el doble cedé y el DVD de la gira, que, como ya es conocido, sale el 18 de diciembre al mercado. Cuando terminen su trabajo en la selección de temas y asesoría del disco, la gira habrá terminado para ellos".
Pedro Andreu, de hecho, verá cercenadas sus vacaciones casi desde el inicio. A los planes de sumarse inmediatamente a los trabajos de preparación del tercer disco de su banda, DAB, se une un viaje de trabajo a un destino exótico. "Nos vamos a Dubai del 11 al 16 de noviembre", apunta Pedro, que ha disfrutado de la gira al máximo. "Héroes ha sido y será siempre una experiencia increíble -aclaró- y me quedo con todo lo vivido".
Juan Valdivia, por su parte, no tiene planes de mostrar su trabajo al público en un futuro inmediato. De momento seguirá dándole rienda suelta a su creatividad en un instrumento ajeno al que le ha dado la fama. El piano es ahora su cómplice. El más introvertido de los cuatro Héroes históricos prefiere seguir llevando una vida de familia, aunque ahora asumió el reto de volver con Héroes con un entusiasmo que, si bien no se refleja exteriormente del mismo modo que puede apreciarse en los otros tres miembros históricos -su hermano Gonzalo es la excepción al cuadrado de esta regla familiar-, sí se ha manifestado puntualmente en la gira, sobre todo con los acordes iniciales de "Entre dos tierras", en los que todo el protagonismo recae en el mástil de su guitarra, y en los brillantes cierres protagonizados por el tema "En los brazos de la fiebre".
Joaquín tiene su primer disco en solitario muy avanzado. Toca todos los instrumentos… menos la batería, parcela en la que podría entrar su incondicional amigo Pedro Andreu. "Ya veremos, de momento voy a seguir trabajando en las canciones en casa, y luego probablemente las colgaré en Internet. No tengo un afán mercantilista con este asunto".
Gonzalo Valdivia, por su parte, definió el "y ahora qué" con la literalidad que da su carácter de invitado a la fiesta. Un invitado que se ha ganado en estas diez fechas sus galones de quinto Héroe, sobre todo teniendo en cuenta la polémica en las citas americanas por la exclusión de Alan Boguslawsky del plan "giratorio".
La estela de esta experiencia queda también en el "Guitar Hero" de Playstation 3, en cuyo listado oficial de canciones ya figuran "Avalancha" y "Entre dos tierras". "Héroes es la imagen del juego en España y poco a poco se irán sumando canciones para descargar -recuerda Nacho- hasta completar buena parte del repertorio del grupo".
Pues era la última vez y sí, se notó. Quedó claro en las 27 canciones -dos más de lo habitual en la gira- repartidas en tres segmentos principales y tres bises. Y en la luna que abría la boca, claro. Testigo muda y luminosa de otra noche de apoteosis, de conjuro antilluvia, de emociones desatadas. Enrique Bunbury brindó esta noche el homenaje verbal a Mauricio Aznar antes de tocar "Apuesta por el rock n’ roll". No se le olvidó sonreír sobre el escenario en la que en teoría es la última noche de Héroes. Sonreír, una vez más, con Juan Valdivia, un dúo que ha cambiado los sapos y culebras de hace once años por la camaradería y el respeto, sin necesidad de alharacas. Ochenta y cinco mil asistentes pudieron constatar la conexión extrasensorial entre los cinco esforzados de la noche y, al mismo tiempo, la experimentada con el grupo en carne propia, tras un concierto lleno de magia.
La constante en esta gira, desde luego, ha sido la adoración colectiva. Recintos llenos y público entregado. Los momentos álgidos, sin duda, han sido México DF (la segunda fecha), Sevilla… y Valencia. Un concierto de este calibre necesitaba de muchas desgracias para fracasar. No llovió, no hubo problemas técnicos y los principales protagonistas se lo tomaron como una fiesta, incluso los más hieráticos, como Juan Valdivia.
Ayer noche hubo muchas cosas que llegaron a destiempo, que no a deshora. Miles de coches, atascados en la entrada al circuito de Cheste. "La chispa adecuada", en el cierre del segundo bis, en vez de situarse en la conclusión del primero, que era lo habitual. Una vez más, fue la canción chamánica. Una que no se movió de sitio, pero que movió muchos corazones, fue "No más lágrimas" en el cierre del segmento del escenario B.
Enrique Bunbury se emocionó antes del segundo bis, cuando sus compañeros se disponían a tocar "Tesoro", el tema favorito de Pedro Andreu. Y volvió a iluminar a Juan Valdivia en el cierre emotivo de "En brazos de la fiebre", antes de despedir por última vez a su audiencia devota con un haz de luz de 30 centímetros de diámetro y casi medio kilómetro de profundidad. Muchas caras de alegría desbordada, y de tristeza sin consuelo. La mentada luna lunera, colgada del cielo levantino, también dejó escapar alguna lagrimilla de plata. El telón cae para el grupo aragonés más grande de la historia. Veremos si esta vez es o no para siempre.